Miró sombríamente su pequeño botón AC. Nunca lo había activado y, sinceramente, jamás se había preguntado cómo sería sentir aquella conexión. A menudo abría la solapa metálica y admiraba el complejo mecanismo que se escondía tras ella. Un sinfín de cables de mil colores, todos del mismo grosor, parecía fluir en todas direcciones. La mayoría contenían información banal que iban recabando sobre el día a día. Algunos eran los responsables de sus conocimientos sobre historia, tecnología o arte. Y otros albergaban patrones de comportamiento adquiridos a lo largo de toda su existencia. Volvió a mirar aquel botón y suspiró profundamente. Nunca nadie de su especie se había atrevido a presionarlo, pero ella empezaba sentir una extraña necesidad de hacerlo. ¿Qué pasaría al activar la “Apertura del Corazón”?
Hermoso!
¿Será algún día realidad?
Si, ya lo es. Teniendo en cuenta que como dispositivo es simbólico.